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Uno de los últimos tratamientos de las celebrities es pasar por las cremas con la incorporación de apitoxina o veneno de abeja. Un tratamiento sobre el que todavía se están haciendo estudios sobre el uso sobre todo para la belleza. No se puede recurrir a él como si fuera milagroso, pues dura unas horas. Se denomina “efecto flash” es como si te hubieran inyectado botox, la piel se hincha y hace que veamos menos arrugas porque está más brillante y tersa, pero como decíamos, dura unas pocas horas y no es un tratamiento definitivo. Desde Isseimi te recomendamos nuestra crema con veneno de abeja BeeVenom con efectos antioxidantes y reoxigenante que te ayudará a la formación de colágeno.
El veneno de abeja es capaz de estimular el colágeno de la piel y mantener su elasticidad, por eso en los últimos años se han lanzado numerosos productos con resultados espectaculares. El principal problema sigue siendo su precio, es bastante costoso extraer el veneno de las abejas en el laboratorio bajo un voltaje eléctrico adecuado en el que no mueren.
La apitoxina es un compuesto producido por una glándula de secreción ácida y otra de secreción alcalina incluidas en el interior del abdomen de la abeja obrera y de las reinas que se inyecta a través del aguijón. Líquido transparente con olor característico, considerado como veneno violento y estimulante de los músculos lisos.
El veneno pierde el 80% de las sustancias cuando es alcanzado por la luz al salir del organismo de la abeja, por eso es tan complicado sacar dicho veneno en laboratorio de una abeja, pues la obrera muere al picar mientras que la reina la utiliza en combates y no muere en el proceso.
Otras alternativas para la aplicación del veneno de abeja (o apitoxina) es la extracción del mismo y añadirlo posteriormente en forma de ingrediente activo a una crema, que necesitará más efecto de tiempo para que produzca el mismo efecto.
En caso de ser alérgico a los productos generados por las abejas o picaduras de las mismas no se aconseja la utilización de apitoxina en ningún principio activo de cremas o cosméticos.
Si bien se necesitan unas 10.000 abejas para obtener 1 gramo de veneno seco está valorado en más de 350 doláres. La apitoxina es una sustancia muy compleja que no debe usarse a la ligera sin hacer antes debidos test en los pacientes receptores. Se ha probado el efecto en cremas donde con tratamiento continuado de cremas con ligeras variaciones en apitoxina se reducen las arrugas y se tersa la piel. Pero también se ha probado en dolencias como artritis, ciática, lumbago, tendinitis, eczemas, neuralgia o esclerosis múltiple.
Así pues, el veneno de abeja tiene toda una farmacia en su interior, múltiples antiinflamatorios sin efectos secundarios que pueden probar sobre la piel todas las personas que no lleven marcapasos o estén embarazadas.
La apitoxina por lo tanto hace que los vasos capilares se dilaten, mejora el metabolismo del sistema nervioso central y periférico, estimula el sistema inmunológico y disminuye el ritmo cardíaco junto con la presión arterial. Es recomendable potenciar la acción de la apitoxina con un suplemento de vitamina C, así como una alimentación basada en alimentos de origen vegetal, para que sus efectos sobre la piel sean lo más óptimos posibles.