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A todos nos encanta el tacto al acariciar a nuestros pequeños, es una sensación tan suave y fina que resulta irresistible tocarla. La dermis de los bebés es muy resistente y elástica. Sin embargo, la piel del bebé es extremadamente sensible y delicada. Por eso, debemos protegerla y tomar las precauciones y hábitos que garanticen su cuidado.
Las células que forman este tejido se renuevan constantemente a lo largo de toda la vida e, incluso, desde antes de nacer. Al ser el órgano más extenso del ser humano esta característica resulta verdaderamente útil. Hasta que la piel se acostumbre a su nuevo estado en el exterior, será delicada y propensa a las erupciones, peladuras o enrojecimientos. Sigue los siguientes consejos y evitaras daños en la dermis de los más pequeños:
Los bebés tardan en acostumbrarse al baño, pero una vez lo hacen puede resultarles de lo más relajante. No es obligatorio hacerlo cada día, aunque el baño puede ayudar a evitar irritaciones cuando queda con el pañal húmedo o cuando suda. La piel del pequeño podría resultar dañada si se utiliza agua demasiado caliente, por lo que lo más aconsejable para cuidar su dermis y que el bebé este cómodo es asegurar que la temperatura del agua coincida con la de su cuerpo, unos 37 grados.
En caso de utilizar jabón, asegura que sea neutro o hipo-alergénico para que cuide la sensibilidad de su epidermis. Hay que asegurarse de limpiar bien todas las zonas de la piel en las que hay pliegues. Lo más aconsejable es utilizar la mano para limpiarlo, pero en caso de utilizar una esponja debe ser especialmente diseñada para recién nacidos, asegurando que sea suave y que no existe ningún tipo de ficción. El baño debería durar entre 5 y 10 minutos y después habrá que secarlo cuidadosamente y sin frotar.
Hay un tipo de dermatitis en bebés que aparece debido a las irritaciones producidas por el pañal. Para evitar esta dolencia lo principal es utilizar pañales de la talla correcta y sin que queden demasiado apretados. Se puede asegurar que la medida es la correcta y que no le quedan demasiado ajustados comprobando que no queden marcas en sus piernas. Además, es muy importante cambiar el pañal de inmediato en cuanto el niño haga sus deposiciones para que no queden en contacto con su piel para no lastimarla. La zona debe lavase bien y también es importante aplicar cremas protectoras y/o reparadoras en cada cambio.
El eccema atópico o dermatitis atópica es una enfermedad inflamatoria crónica de la dermis. Tiene una base genética, es decir, es hereditaria y está relacionada con pieles secas que se irritan con facilidad. No es contagiosa y se presenta en forma de botes de picores muy intensos en la zona afectada.
La dermatitis atópica en bebés se presenta habitualmente entre el segundo y el tercer mes de vida del pequeño, pero puede aparecer a cualquier edad, normalmente antes de los 5 años. Se trata de niños con una gran propensión a sufrir problemas dermatológicos y el picor en la piel suele ser el síntoma principal.
Lo más importante para tratar la piel atópica del bebe es asegurar su hidratación y evitar cualquier elemento irritante, como esponjas o manoplas. El correcto cuidado de sus uñas, asegurando que siempre estén cortas y limpias, evitará posibles daños si se rascan. También es preferible evitar el uso de jabón y bañar al pequeño solamente con agua. Es imprescindible comunicárselo al pediatra para que pueda llevar un control y , en casos graves, recetar un tratamiento especial para los cuidados de la piel del bebé.