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El aceite de ricino consiste en un ácido graso triglicérido, compuesto principalmente por ácido ricinoleico, también denominado Omega 9. Es extraído de las semillas de la planta que comparte su nombre, la cual es originaria de zonas de la India y de África. Aunque a simple vista pueda parecer un remedio tradicional y anticuado, la verdad es que el aceite de ricino tiene propiedades increíbles para la piel y el cabello, por eso es utilizado en muchos productos cosméticos, jabones e, incluso, medicamentos. Sus beneficios antiinflamatorios y su acción anti-fúngica lo convierten en un estimulante del sistema linfático, mejorando así el sistema circulatorio. Además, reduce los casos de dermatitis, acné y la celulitis, hidratando la piel.
También contiene una gran cantidad de Vitamina E, además de minerales y proteínas muy beneficiosas para la piel y que lo convierten en elemento perfecto para la cosmética. Lo ideal es adquirir el producto orgánico, es decir, puro y sin alteraciones o mezclas, porque así es como conserva todas sus propiedades. Sin embargo, la mayoría de sus beneficios se pueden disfrutar también al ser un componente principal de cualquier clase de producto. Por eso hoy repasamos los casos en los que nos puede ser de gran ayuda el aceite de ricino para la piel.
El ácido ricinoleico que contiene este aceite sirve para ayudar a que la inflamación causada por el acné disminuya y también puede utilizarse para purificar la epidermis. Además, otro de los beneficios del aceite de ricino para la piel es que trabaja como defensa contra las bacterias y microbios que se encuentran por la piel de la cara. Por estos motivos, es un gran aliado para las pieles grasas o con granitos. Para utilizarlo y obtener los mejores resultados, es recomendable lavar bien el rostro antes de aplicarlo. Es preferible hacerlo con agua caliente para que los poros se abran y el aceite pueda actuar con más efectividad, aplicándolo por las zonas afectadas con normalidad pero evitando exceso de producto . Se debe dejar actuar toda la noche y lavar con abundante agua por la mañana.
La vitamina E y los ácidos grasos que contiene el aceite de ricino, fomentan la creación de colágeno, que es fundamental para retrasar los signos de la vejez. Estas propiedades son antioxidantes y muy potentes, por lo que la piel se verá más flexible y joven. Puede ayudar tanto a eliminar como a prevenir las líneas de expresión y las arrugas del rostro, por eso suele ser un componente principal en la mayoría de los cosméticos anti-envejecimiento. La forma de aplicarlo para conseguir eliminar las arrugas puede variar según las preferencias de cada uno, se puede aplicar directamente sobre la zona, masajeándola con el aceite, pero también es posible añadirlo a nuestra crema habitual o mezclarlo con otros aceites que se utilicen para los mismos fines.
También se puede utilizar como tratamiento para eliminar las ojeras, ya que puede ser el aliado perfecto para reducir las coloraciones anti-estéticas que aparecen bajo los ojos. Como el aceite de ricino ayuda a tonificar los capilares y mejora la circulación, la piel queda descongestionada y el aspecto de esta zona mejora. Además, sus beneficios hidratantes también contribuyen a que esta área luzca más saludable. Su forma de aplicación es muy sencilla, ya que se puede utilizar incluso para desmaquillarse porque elimina las impurezas. Basta con que el producto se encuentre sobre un disco de algodón y se pase por la zona de las ojeras con pequeños toques sobre la piel. Además, el aceite de ricino tiene propiedades que pueden contribuir a mejorar el aspecto de las uñas, las pestañas y el pelo, acelerando su crecimiento.