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La piel es uno de los órganos más increíbles que existen, buena muestra de ello es su proceso de renovación. Y es que, lo creas o no, tu piel se está regenerando y cambiando constantemente. En este post te explicamos en qué consiste este proceso de regeneración celular de la piel y compartimos contigo algunos hechos curiosos sobre el mismo.
La piel está compuesta por varias capas. La más externa, y por tanto la visible, es la epidermis, compuesta de células llamadas queratinocitos hechas de queratina, una sustancia dura que también forma el cabello y las uñas (También forma las pezuñas, garras o conchas de otros animales).
Los nuevos queratinocitos crecen en el nivel más bajo de la epidermis, donde ésta se une con la siguiente capa, la dermis. Las nuevas células de la piel se abren camino gradualmente hacia la capa superior. Cuando llegan a la “cima” y se degradan. La capa superior que forman las células muertas se llama estrato córneo. Finalmente, las células muertas se desprenden de la epidermis y se caen, dejando espacio para las nuevas células. Las células nuevas tardan más o menos un mes en llegar a la capa superior, lo que significa que tu piel de dentro de un mes será completamente nueva en comparación con la piel que tienes ahora.
Es por eso, por ejemplo, que tu piel va perdiendo el bronceado. Las células con melanina van muriendo y desprendiéndose, dejando espacio a células menos pigmentadas.
Los científicos estiman que el cuerpo humano está compuesto por alrededor de 10 billones de células en total. Tu piel representa aproximadamente el 16% de su peso corporal, lo que significa que tiene aproximadamente 1,6 billones de células de la piel.
Por supuesto, la estimación varía mucho de acuerdo con el tamaño de una persona. Lo importante es saber que la piel está compuesta por miles de millones de células. De entre todas estas 30.000 y 40.000 caen cada hora. Es decir, que en un día pierdes casi un millón de células cutáneas. ¿Asombroso, verdad? Según las estadísticas, en un solo año puedes perder más de 5,4 kilos de piel.
Todas esas células muertas se desprenden de la piel como escamas y pasan a formar parte del polvo que se acumula por toda la casa. Precisamente esas escamas son parte de la dieta de los ácaros del polvo.