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El carbón activo es una sustancia obtenida mediante el calentamiento de carbón vegetal en presencia de un gas. Durante el procedimiento el carbón adquiere unas cavidades internas conocidas como poros que dan al carbón activo unas propiedades muy especiales: las propiedades para atraer diferentes químicos. Entre ellos, algunos químicos que podrían envenenar el organismo humano.
Para ser más exactos, el carbón activo es una sustancia que se produce a través del sobrecalentamiento de la madera y otras fuentes naturales de carbón. Como ya hemos indicado, tiene la capacidad de atraer todo tipo de sustancias químicas, lo que incluye toxinas presentes en el estómago de las personas.
En ese sentido, los beneficios del carbón activado están muy ligados a esta propiedad: beneficios para détox, beneficios para purificar o beneficios para combatir a los microorganismos presentes en el sistema. Con un poco de imaginación, podemos contemplarlo como un imán de todo lo que no queremos.
Porque es exactamente así. En presencia del carbón activo, sustancias como la suciedad, las toxinas, la grasa, el polvo o los venenos acuden directamente a él. Puesto que tu cuerpo no puede digerirlo, es arrastrado a la salida del sistema digestivo para acabar formando parte de las heces. En todas las ocasiones.
Por el camino, el carbón activo te habrá librado de muchas sustancias perjudiciales para tu organismo. Y eso tiene muchísimo valor. Después de todo, la acumulación de estas sustancias acelera el envejecimiento y crea espacios para la aparición de algunas enfermedades. El carbón activo es un buen aliado.
Como ocurre con tantos otros compuestos, el carbón activo aún está siendo estudiado por los científicos. En especial por aquellos dedicados al universo de la cosmética. Y es que sí: las propiedades del carbón activado le convierten también en un magnífico aliado para el cuidado de la piel. A continuación, en otro apartado de este artículo, veremos uno a uno todos los beneficios del carbón activado para la dermis. Adelante.
Son múltiples los usos del carbón activado en cosmética. En primer lugar, podemos encontrarlo presente en fórmulas clarificantes. En segundo lugar, podemos hallarlo como ingredientes de fórmulas cosméticas cuyos objetivos son reducir la población bacteriana y, por lo tanto, combatir afecciones infecciosas como el acné. Y, en tercer y último lugar, podemos descubrirlo en fórmulas dedicadas a la lucha contra el exceso de sebo y de impurezas. Es una sustancia que ayuda a que los poros respiren bien.
Los tratamientos de peeling, conocidos simplemente como peeling, son procesos basados en la exfoliación química o la dermoabrasión. Su objetivo final es eliminar las impurezas acumuladas en la piel y aportar al conjunto de la piel una estética menos envejecida. Es uno de los tratamientos de belleza más demandados.
Pues el carbón activo es un magnífico aliado en este asunto. En concreto, el carbón activo posibilita peeling sin necesidad de láser, lo que lo convierte en un tratamiento indoloro y no invasivo. Una forma de cuidar la piel al máximo sin ponerla en peligro. En cualquier caso, su capacidad abrasiva requiere precaución.
Es precisamente esta cualidad abrasiva la que provoca que el uso del carbón activado para blanquearse los dientes sea tan poco aconsejable. De hecho, la propia Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) es la que explica en su portal que el carbón activado puede tener un efecto profundamente abrasivo.
Más específicamente, el uso del carbón activado en los dientes termina desgastando el esmalte protector de los dientes, lo que genera una retracción de las encías y un incremento notable de la sensibilidad dental. En el mercado hay productos mucho más seguros para blanquear los dientes. No corras riesgos.