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La pigmentación de la piel es uno de los signos más distintivos de nuestra apariencia física. Nuestra piel le debe su color a la melanina, un pigmento producido por unas células llamadas melanocitos, que también se encuentran en la piel. Cuánto más melanina tenga la piel, más oscura será. Las pecas y las manchas también indican una mayor concentración del pigmento en ciertas áreas.
¿Cómo consigue la melanina dar color a nuestra piel y por qué? Te lo explicamos.
La melanina cumple una función vital: protege la piel contra los dañinos rayos UV. La exposición al sol, de hecho, estimula la producción de melanina. Por eso nos bronceamos en verano.
Pero ojo, aunque con una piel oscura es menos probable quemarse rápidamente, eso no elimina en absoluto el riesgo de quemaduras. Incluso las personas de piel morena deberían tomar precauciones antes de entrar en contacto con los rayos UV, usando un protector solar adecuado.
Ante la exposición solar, los melanocitos (que se encuentran en el estrato basal de la epidermis) reciben la orden de sintetizar melanina. El sistema está regulado por hormonas como la MSH (Hormona Estimulante de Melanocitos), sintetizada en la hipófisis, y también por factores genéticos y ambientales.
Los melanocitos se encargan de insertar gránulos de melanina en vesículas celulares especializadas llamadas melanosomas. Después, los melanosomas son transportados al interior de los queratinocitos, localizados en la superficie de la epidermis, donde se almacenan y colorean la piel. Se estima que un solo melanocito sintetiza melanina suficiente para dar color a 30 o 40 queratinocitos.
Todos tenemos aproximadamente la misma concentración de melanocitos, así que el color de piel no se debe a su cantidad sino a su actividad, directamente relacionada con la exposición al sol. De hecho, los científicos creen que existe una clara correlación entre el lugar donde vivieron nuestros antepasados y el color de nuestra piel. En climas más soleados y cálidos, la piel más oscura es más ventajosa porque protege al cuerpo de los rayos UV. A medida que los humanos migraban a ambientes más fríos y menos soleados, la piel oscura impedía una producción suficiente de vitamina D (su síntesis depende de la cantidad de rayos solares que se “absorban”), lo que a su vez producía raquitismo, por lo que la síntesis de melanina fue disminuyendo.
Para terminar, es incorrecto hablar de piel negra o blanca. En realidad todos los humanos se encuentran en un rango de tonos que va desde el marrón muy oscuro a casi rosa. Además, el color de la piel también cambia en una misma persona a lo largo de su vida.