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Lo sostenible y natural vende, y mucho. Es una tendencia que está cogiendo más y más fuerza en el mundo de la cosmética y la belleza. Esta tendencia sienta sus bases en el uso de ingredientes ecológicos y libres de químicos y con formulaciones sostenibles. En el siguiente post hacemos un repaso de estas nuevas alternativas sostenibles y las oportunidades que están surgiendo en el sector de la cosmética y la belleza relacionadas con ellas.
A través de las constantes investigaciones e innovaciones en belleza, el sector de la cosmética va en auge, alcanzando cifras mayores en consumo cada año. En España cada año se reformula el 25% de productos cosméticos frente a un 10% que incorpora nuevos ingredientes.
Mientras que el sector de la alimentación está registrando cifras record en consumo de alimentos ecológicos, la belleza no se puede queda atrás. El consumidor hace de lo natural un estilo de vida que enfoca en todos los aspectos de esta: desde la alimentación a la belleza. No obstante esta tendencia hacia lo natural se originó en el mundo de la alimentación y lentamente está transpasando a otros ámbitos.
El pasado año se habló de una innovación “verde” con claros ejemplos en cosmética:
En definitiva, son muchos los consumidores que están apostando por este tipo de cosmética elaborada con ingredientes naturales, ecológicos y sostenibles. Las marcas no iban a quedarse de brazos cruzados ante tal revolución por lo que cada vez es más posible encontrar alternativas sostenibles a los productos de grandes marcas del mundo de la belleza.
Es importante que el producto sea sostenible. Ya no es solo cuestión de salud. El consumidor exige que los productos que adquiere provengan de industrias cuyas prácticas se puedan calificar como sostenibles. La industria, en estos casos, acude directamente a la biotecnología.
UNA CUESTIÓN DE ÉTICA
La cosmética sostenible lleva aparejada unos principios éticos que han surgido en los últimos años a partir de la concienciación de gran parte de la población. Se trata de no consumir productos que generen residuos agresivos para el medio ambiente. Se busca el uso de aguas florales, aceites vegetales, aceites esenciales y ceras.
Así mismo algunos ingredientes han sido rechazados y prohibidos por ser poco éticos como las materias primas provenientes de animales (exceptuando la lanolina y la cera de abeja). Dentro de la lista de ingredientes no permitidos se encuentran otros como las siliconas, la parafina, los colorantes sintéticos y los perfumes así como los emulsionantes que no sean naturales.
La sostenibilidad llega más allá: hasta el embalaje. Los envases de estos productos también deben estar fabricados con materiales que no dañen el medio ambiente. Los envases deben reciclarse y no contener componentes derivados de las petroquímicas.
La cosmética sostenible está muy relacionada con el movimiento cruelty-free. Este movimiento aboga por lo testar los productos en animales. Puesto que cada vez más personas optan por este tipo de productos, muchos fabricantes están colocando etiquetas en sus productos para recalcar que no han sido testados en animales. Aun así, existen empresas que usan ingredientes naturales y que realmente son cruelty-free pero no hacen uso de este etiquetado en sus productos.
Otra variante de esta cosmética sostenible y natural es la de los productos artesanales. La red está inundada de recetas para fabricar productos cosméticos en casa. Desde jabones hasta cremas hidratantes. El boom de lo natural ha llegado hasta tal punto que muchas personas prefieren hacer uso de lo que tienen por casa para fabricar sus propios productos libres de químicos y componentes nocivos para la salud.
Como hemos visto a lo largo de este post, el cuidado del medio ambiente y de uno mismo se ha trasladado a la cosmética. Las cifras en España no engañan: la cosmética sostenible está en auge. Esta ética y sus principios están calando cada vez más en la conciencia de la población, provocando una auténtica fiebre por adquirir productos libres de químicos y componentes nocivos para el medio ambiente y para la salud. En definitiva, el mercado se está adaptando a este estilo de vida que aboga por todo lo sostenible y todo aquello que reduzca el daño al mínimo tanto en personas, medio ambiente y animales, a través del ya conocido movimiento cruelty-free. Algunas personas están optando por elaborar sus propios productos de cosmética en casa, asegurando así que cumplen con los principios de esta ética de productos sostenibles. No cabe duda que estas tendencias se irán maximizando durante el 2018 y quizás algún día todos los productos de cosmética sean naturales y sostenibles.