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El origen de los cosméticos es más antiguo de lo que puedas imaginar. Nuestros antepasados ya usaban productos de todo tipo para eliminar las imperfecciones y disimular el paso del tiempo. ¿Quieres saber cuál fue el inicio de los cosméticos? Pues sigue leyendo.
De momento la primera evidencia conocida sobre el uso de seres humanos proviene de la antigua civilización egipcia. Por lo tanto, se ha especulado con frecuencia que los cosméticos se utilizaron por primera vez en el antiguo Egipto.
Otros expertos han sugerido que el uso del ocre rojo en África durante la Edad de Piedra podría indicar que el uso de los cosméticos es incluso anterior a los egipcios.
De cualquier modo, las primeras noticias que se tienen de la aplicación de cosméticos se remontan al 10.000 a.C., cuando los egipcios usaban aceites perfumados para limpiar y suavizar su piel y enmascarar el olor corporal, así como para protegerse frente al aire caliente del desierto.
En varios yacimientos egipcios se han encontrado los vasos donde se almacenaban estos cosméticos primitivos.
Otra muestra del papel fundamental del antiguo Egipto en la cosmética es la invención del kohl, una mezcla de metal, plomo, cobre, ceniza y almendras quemadas. Se aplicaba en los parpados con un palito pequeño, como la pintura de ojos. Los egipcios creían que esa sustancia tenía poderes mágicos de protección.
En el antiguo Egipto los cosméticos eran utilizados no sólo por las mujeres, sino también por los hombres, y sin distinción de clase social. De alguna manera, los cosméticos iban más allá de la necesidad de mejorar su apariencia, y se convirtieron en una parte esencial de la vida.
Asociado al uso de los cosméticos podemos hablar de los “pintores de cara”, antiguos profesionales de la cosmética que alquilaban sus servicios para maquillar a los egipcios más pudientes.
La cosmética surgió en otras partes del mundo sin aparente relación con Egipto, como si fuese un descubrimiento al que antes o después llegaban todas las culturas.
En la antigua China, por ejemplo, la gente comenzó a mancharse las uñas con una mezcla de goma arábiga, gelatina, cera de abejas y huevo alrededor de 3000 a. C. A diferencia de los antiguos egipcios, esta práctica sirvió para diferenciar las diversas clases sociales. Durante la dinastía Zhou, por ejemplo, las uñas de la realeza se pintaban de oro y plata. A las clases bajas, por otra parte, no se les permitió usar colores brillantes para pintar sus uñas.