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El botox es uno de los tratamientos más habituales para eliminar las arrugas. De hecho se estima que desde el año 2002 se ha administrado más de 11 millones de veces pero, ¿qué es el Botox en realidad y cómo funciona? Estos son los principales secretos del tratamiento estético más famoso.
El Botox se hace a partir de la toxina botulínica A, una neurotóxina producida por Clostridium botulinum, la bacteria responsable del botulismo. Como quizás recuerdes, el botulismo es una enfermedad paralizante que puede contraerse al comer alimentos que no han sido convenientemente procesados.
El responsable de la parálisis es precisamente la toxina botulínica, pero esas propiedades de la toxina botulínica pueden emplearse en cosmética de forma segura y con buenos resultados, como te contamos a continuación.
El Botox se usa para estirar la piel, para lo cual se inyecta directamente en la zona con arrugas. Una vez que el Botox llega a una terminación nerviosa, se bloquea el químico responsable de comenzar las contracciones musculares (acetilcolina). Eso es porque las toxinas botulínicas persiguen a las proteínas que liberan acetilcolina.
Cuando el Botox se administra a los músculos que hay alrededor de arrugas y líneas de expresión, esos músculos no se pueden mover. Una vez que se relajan, se suaviza la apariencia de arrugas y líneas. El Botox está aprobado para tratar las líneas verticales del entrecejo, conocidas como arrugas glabelares. También se usa a menudo en patas de gallo y arrugas en la frente.
Sin embargo, este efecto antiarrugas del Botox es solo temporal, dura 3 o 4 meses, y tampoco puede hacer nada para corregir los daños causados por el sol.
Tras pasar esos 3 o 4 meses la persona tendrá que recibir una nueva inyección si desea que su piel siga estirada.
El Botox no tiene solo aplicaciones cosméticas. Su capacidad para paralizar músculos de forma temporal se ha utilizado en diversos tratamientos médicos.
Las inyecciones de Botox pueden tratar la migraña crónica, la vejiga hiperactiva, la sudoración intensa y varias afecciones que afectan los músculos. Por ejemplo, la distonia cervical es una enfermedad que causa contracciones musculares involuntarias; la inyección de Botox en los músculos afectados reduce o elimina por completo estos espasmos.