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Tal vez hayas notado en algún momento la presencia de unas pequeñas bolitas de grasa en tu rostro, normalmente con el aspecto de pequeñas verrugas o granitos de grasa más dura de lo habitual. Estas anomalías en la piel se conocen como quistes de millium y surgen por la retención superficial de queratina. Aunque estos bultitos son benignos y no indican ninguna clase de enfermedad grave, sí que pueden suponer una molestia estética.
Su aspecto consiste en pálpulas o bolitas blancas de uno a tres milímetros y cupuliformes. Es habitual su aparición en la zona de las mejillas o alrededor de los ojos, con forma de granito blanco en el parpado, aunque también pueden surgir en la frente, mandíbula o, incluso, en la zona genital. Es importante destacar que no se trata de acné y, por lo tanto, sus causas y remedios son totalmente distintos. Además, aparecen independientemente del tipo de piel y pueden surgir de forma aislada o en grupo, brotando varios en la misma zona.
A pesar de que lo más habitual es que estos bultitos de grasa en la cara aparezcan de pronto, sin ninguna razón aparente, también pueden ser la consecuencia de algún daño sufrido en la piel (como quemaduras o sobre-exposición solar) o tras la ingestión de ciertos fármacos. Existen varias alternativas para favorecer su desaparición.
Un baño de vapor puede servir tanto como tratamiento como de preparación. El vapor en la cara puede mejorar la circulación de la sangre, abrir los poros y eliminar la suciedad y las células muertas de la piel. Por una parte, puede ser ventajoso por el simple hecho de limpiar la piel, pero también puede ayudar a ablandarla antes de probar otro remedio más potente, reforzando los efectos de este al preparar la piel. Es muy sencillo de elaborar y muy relajante de experimentar.
La miel y el limón presentan propiedades antibacterianas y astringentes. El limón, además, presenta propiedades antioxidantes y antisépticas, mientras que la miel es humectante y, al absorber la humedad del aire, ayuda a evitar la sequedad. Por su parte, el azúcar cuenta con muy buenas propiedades exfoliantes. Basta con mezclar en un recipiente una cucharada de miel con el jugo de un limón. Después se añade un poco de azúcar y se aplica por el rostro, dejándolo actuar durante cuarto de hora antes de aclarar.
Antes de aplicar este remedio es recomendable lavar la cara con agua tibia, asegurando que el procedimiento sea más sencillo con el rostro humectado. Utilizando un poco de desinfectante y una aguja que este bien esterilizada se puede pinchar el millium facial y eliminar la grasa sobrante. Después hay que asegurarse de desinfectar bien la zona.
La granada tiene propiedades anti-inflamatorias y antisépticas, lo que la convierte en un excelente remedio para los quistes. Una opción es machacar varias cascaras de granada seca y mezclarlas con un poco de miel, pero también se puede tostar las cascaras, asándolas hasta que estén marrones. En ambos casos la máscara se aplicará en el rostro y se dejará actuar durante quince minutos. Sus resultados pueden tardar hasta dos semanas en aparecer.
Otros remedios o actos preventivos son el control responsable de la exposición al sol o evitar el uso de cosméticos que resulten pesados para la piel. Además, tratar de estallar o reventar estas marcas únicamente agravaría el problema, por lo que ante la aparición de los quistes de millium, lo más recomendable es seguir esta clase de tratamientos especializados.